Hace poco fue el día internacional contra el cáncer, y ayer, contra el cáncer infantil. Hoy venimos a hablaros de cómo la fisioterapia se une para luchar contra esta enfermedad que tanto daño hace. Te contamos cómo…
El cáncer es una enfermedad muy dura como ya sabréis. Cuando nos imaginamos a una persona con cáncer pensamos en los efectos secundarios como caerse el pelo o tener náuseas. Sin embargo, es una enfermedad con muchos más efectos desconocidos para todos, y ahí entra en juego la fisioterapia, tratando de mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Para cada tipo de cáncer podría haber unos efectos y unas secuelas completamente diferentes. En el caso del cáncer de mama, la fisioterapia actúa de forma preventiva y como tratamiento de las cicatrices (también válido para otros tipos de cáncer en los que haya una operación de por medio). Contra el cáncer pulmonar se utilizaría la fisioterapia cardiorespiratoria mejorando la disnea, el dolor y la tolerancia al ejercicio. Para un tumor que afecte los órganos sexuales siempre se podrá tratar la incontinencia urinaria.
Incluso la fatiga, que es un factor común en todos los pacientes, se puede tratar mediante la fisioterapia. En el caso de los niños, aunque sea algo aún más desconocido, sirve de gran ayuda: la fisioterapia también es para los más pequeños. Y es que aunque un fisioterapeuta no cure esta enfermedad, mejora la condición de sus pacientes. Y eso, en un momento difícil, se nota.
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